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Tratamiento de linfoma y mieloma

Tanto el linfoma como el mieloma son dos tipos de cáncer que comienzan en la médula, que es donde su cuerpo produce células sanguíneas. Debido a esto, estos cánceres de la sangre afectan la forma en que su cuerpo combate las infecciones y las enfermedades. Las personas pueden experimentar diferentes signos y síntomas según el tipo de cáncer de la sangre y cuánto ha progresado la enfermedad. 

Signos y síntomas de los cánceres de linfoma y mieloma

Los signos y síntomas pueden variar y aparecer en diferentes partes del cuerpo. Al principio, es posible que estos cánceres de la sangre no causen signos ni síntomas perceptibles hasta que comiencen a crecer y propagarse. 

Las personas con mieloma pueden experimentar: 

  • Fatiga. 
  • Confusión o niebla mental. 
  • Sed excesiva. 
  • Pérdida de apetito. 
  • Náusea.
  • Pérdida de peso inexplicable. 
  • Estreñimiento. 
  • Entumecimiento o debilidad.
  • Dolor de huesos, especialmente en el pecho y la columna. 
  • Infecciones frecuentes 

Mientras tanto, el linfoma puede causar: 

  • Fiebre
  • Tos.
  • Fatiga persistente. 
  • Sudores nocturnos.
  • Falta de aliento. 
  • Picazón en la piel. 
  • Pérdida de peso inexplicable.
  • Ganglios linfáticos inflamados o abultados en el cuello, las axilas o la ingle. 

Factores de riesgo de cánceres de linfoma y mieloma

Las causas exactas tanto del linfoma como del mieloma aún se desconocen en gran medida. Varios factores de riesgo pueden aumentar las probabilidades de que una persona desarrolle estos tipos de cáncer. Sin embargo, tener uno, o varios, de estos factores de riesgo no garantiza que alguien vaya a tener cáncer.

Los factores de riesgo para el linfoma incluyen: 

  • Siendo hombre 
  • Tener un familiar cercano que haya tenido linfoma u otro cáncer de la sangre. 
  • Tener un sistema inmunitario deteriorado o una enfermedad del sistema inmunitario. 
  • Desarrollar infecciones como el virus de Epstein-Barr o la infección por Helicobacter pylori.

Mientras tanto, los factores de riesgo para el mieloma incluyen: 

  • Siendo hombre
  • Ser mayor de 60 años. 
  • Ser negro o del Mediterráneo, Medio Oriente o África del Norte.
  • Haber estado expuesto a radiación o productos de madera, herbicidas y productos químicos. 
  • Tener antecedentes familiares de la enfermedad o antecedentes personales con un plasmocitoma solitario del hueso.

Cómo se diagnostican los cánceres de linfoma y mieloma

Si un paciente muestra algunos de los signos y síntomas de linfoma o mieloma, los proveedores de atención médica indagarán más sobre el historial médico personal y familiar del paciente. Realizarán un examen físico y ordenarán más pruebas, como un conteo sanguíneo completo. 

Si se sospecha que un paciente tiene linfoma, un médico deberá realizar una biopsia de ganglio linfático para confirmar el diagnóstico. También se pueden ordenar diferentes pruebas de imagen, que incluyen: 

  • Exploraciones de tomografía computarizada (TC).
  • Resonancia magnética (MRI).
  • Exploraciones de tomografía por emisión de positrones (PET). 
  • Radiografías de tórax.
  • Ultrasonidos.
  • Exploraciones óseas. 

Para diagnosticar el mieloma, los médicos pueden ordenar pruebas químicas sanguíneas específicas para determinar cuáles son sus niveles de calcio, albúmina, creatina y LDH. También pueden ordenar una prueba de orina y una biopsia por aspiración de médula ósea para analizar una sección de su médula ósea en el laboratorio.

Tratamientos ofrecidos en el Instituto de Oncología

En The Oncology Institute, nos especializamos en brindar atención compasiva y de calidad. Según el tipo de cáncer que tenga, el estadio y su salud general, crearemos un plan de tratamiento personalizado. A través de nuestras diferentes opciones, nos comprometemos a mejorar la oncología.

En nuestras clínicas ofrecemos: 

  • Quimioterapia. 
  • Inmunoterapia.
  • Terapia de radiación.
  • Terapia hormonal. 
  • Ensayos clínicos. 

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